martes, 29 de diciembre de 2009

"Sitio del Suceso"


Al muñeco de porcelana se le caen los parpados ante la brisa que entra por la ventana, su dueña la dejó abierta, aún no vuelve del pan. Tiene un botón a punto de caer, pero nadie hace nada, pues las viejas telas contienen la voluntad, fijando las articulaciones por generaciones. Sus ojos se dirigen hacia un tablón del piso, su mirada no ha de ceder, quizás una vez alguien soñó que sus ojos tiritaban.
Un soldado de plástico que rompió las filas de la colección, hoy apunta hacia uno de sus pies, nuestro muñeco no puede inclinarse salvarse del cañón, la cortina no lo toca y la inclinación del cojín no da para tal acción.
La tensión se apodera de la lana y la blonda, en los pies del sillón yace un pato de hule sucio, mal herido, no hay recuerdo de la última vez que sonó al ser presionado, pero todos sospechan quien pudo ser.
Nuestro muñeco que no conoce la muerte, ve la vida en la estática y la energía obstruida ante el muro de fusilamiento de espuma. Los minutos se hacen eternos, van días y no hay suspenso que aguante, por que el solado sigue apuntando firme. Se siente ruido, proviene del andar sigiloso del gato de la casa, se acerca de apoco, no quiero ver. ¡Dios de los juguetes, no quiero ver!
Todo ha pasado, el gato con su pata pasó a llevar al soldado.
Por hoy, tuvimos un final feliz.