Cuando despierto bajo pájaros metálicos
artistas de lejanías
cuando el corazón labrador no se retrata
y se enmarca el inoportuno desconocido
que no tiene un sombrero como el mío
que comparte bondad
pero ocultando la magia creadora de delirios
que no ha lanzado una piedra para escribir en el camino a ella,
pienso:
en los errores de la ley de gravedad
en el martirioso espacio entre polos de atracción
en el axioma de quien perdió un lado de sí mismo
sobreviviendo a ataques tangenciales de inclinación.
La mesura que posterga el alma
mientras no reine la traslación de los astros inoportunos
y no dibuje con blanco naciendo desde sus culminaciones
diré:
¿cuál fue el sinsentido de mí caminar impulsado por alucinaciones destellantes
que han bombardeado la abadía de este nuevo espectro lacónico de esperas?
En el momento en que arribe un ataque de cometas
con buenas noticias desde la madre láctea
me engalanaré de culminación
sonreiré todo lo que he ahogado
escribiré con mis dedos mis pasos en falso
de manera de embriagar a los cuervos
en complicidad de la caridad celestial.
Deja pasar a luz para recodar
que la inclinación me hará volver
sostendré la mirada
y la haré mía.
